De vuelta al blog y a la rutina, porque ya sabes que todos necesitamos ese descanso y desconexión, he querido hablarte de lo que ya se ha pasado, las vacaciones. Se ha marchado el verano y eso es inevitable, acercandose las fechas para mi más tristonas. Pero parece ser que aún tenemos aquello a lo que llamamos el "veranillo de San Miguel" y que el buen tiempo no quiere irse. Y para acompañar a estos días, mejor hacerlo con unas vistas al mar, ¿no?
Esta casita diminuta, fue adquirida para disfrutar más que nada poar su ubicación, junto al Mediterráneo. Necesitaba una reforma absolutamente integra. Los arquitectos Emil Humbert y Christophe Poyet lo hicieron posible aunque fue todo un reto.
Está en la playa de la Riviera italiana entre Bordighera y San
Remo. Comenzando por su restauración, lo primero que había que ubicar era la construcción de un baño, ya que tan ni siquiera tenía. Fue muy díficil su rehabilitación.
Es blanca en su totalidad y no por casualidad. Los diseñadores apostaron por la blancura porque realza la luz y los colores de la naturaleza. Cada pieza de mobiliario tiene funciones de almacenamiento y, sin embargo, fueron capaces de introducir un piano, una maravillosa terraza y una vieja estufa de leña en la cocina.
¿Te vienes conmigo a disfrutar de esta entrañable cabaña?
Imágenes vía: Web AD
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