Una cocina bajo la escalera

Que cocinillas soy, sí, me encanta cocinar, es otra de mis pasiones. Últimamente veo más publicacones sobre cambios de esta estancia, la cocina.

Es allí donde todos acabamos cuando nos juntamos con amigos o la familia y empezamos a conversar de cualquier cosa, con nuestra bebida en la mano y acompañando al chef.

Es cierto que además no siempre se tiene una gran cocina y tienes que agudizar el ingenio para ubicarla, pero si no tenemos esa estancia por separado, también puede ir integrada dentro de cualquier hueco abierta al comedor.

Hoy te muestro ésta, que en realidad me ha fascinado. Me fije en la escalera de metal, y para acompañarla pusierón el mobiliario y los electrodomesticos de acero inoxidable. Han echo que todo el conjunto encaje sin que nada desentone. Un verdadero éxito.

Es una cocina que no ocupa espacio, que se funde con la pared del fondo de la sala, pero a su vez dandole el protagonismo que se merece. Los espejos del tiro de escalera acentua más la luz y como siempre agranda visualmente, dando otro punto focal a la zona.

Pero fijaros en esta imagen donde se ve el conjunto entero, me encanta todo, la pared de ladrillo visto, las vigas de madera y el frio acero. Acompañado con el mobiliario ese sofá azul, sillas Eames y la alfombra bereber.

Fijaros también en la luz que entra gracias al haber colocado una pared de cristal desde el techo al suelo, que da a un patio.